Religión e inmigración: El Señor de los Milagros en Roma

    Recepción: 14 de marzo 2017

    Aceptación: 19 de junio 2017

    Resumen

    El presente documental es sobre la devoción al Cristo Crucificado, llamado el Señor de los Milagros por parte de la comunidad peruana residente en Italia. La historia de tal veneración se remonta al año 1651 en las afueras de la Ciudad de los Reyes, como era llamada Lima durante el Virreinato del Perú.

    Hoy en día esa imagen de Jesucristo, originalmente pintada por un esclavo angoleño, es venerada durante el mes de octubre en el Perú y en todos los países donde hay una comunidad de inmigrantes peruanos que forman la Hermandad del Señor de los Milagros. La de Roma es considerada la más significativa de las comunidades en el exterior, por su presencia en la Ciudad Eterna y su proximidad con el sucesor de San Pedro.

    El presente video se inscribe en el género documental y presenta la historia, la forma religiosa y la vivencia antropológica de una comunidad de migrantes en la diáspora. El objetivo es narrar el sentido que tal devoción tiene para los fieles, de acuerdo con lo descrito y vivido por sus propios protagonistas. Se presentan, por lo tanto, las características de la fiesta religiosa, sus diferentes momentos y la importancia social y simbólica que tal evento tiene para la comunidad de los inmigrantes peruanos en la capital italiana.

    Palabras claves: , , ,

    Religion and immigration: the “Lord of the Miracles” in Rome

    A documentary focused on the cult of the Crucified Christ, known to a Peruvian community living in Italy as the “Lord of the Miracles.” History of this devotion stretches back to 1651, in the outskirts of Lima (known as La Ciudad de los Reyes –“the city of kings”– in viceregal Peru).

    Today this image of the Christ –originally painted by an Angolan slave– is venerated throughout October in Peru as well as in every nation where Peruvian immigrant communities have formed around the so-called “Brotherhood of the Lord of the Miracles.” Rome’s is considered the most significant such community because of its presence in the Eternal City and its proximity to Saint Peter’s successors.

    The video documentary presents the history, religious ways and lived anthropology of an immigrant community in diaspora. We seek to express the meaning the cult holds among the faithful, according to what its prominent members have described and lived. We observe the religious observances’ character, their various key moments and the social as well as symbolic importance they hold for Peruvian immigrant communities in Italy’s capital city.

    Key words: The Lord of Miracles, Popular Devotion, Perú, immigration.

    Contexto y análisis de la investigación

    Premisa

    El presente documental sobre la procesión del Señor de los Milagros en Roma tiene como objetivo exponer, con imágenes, el significado que esta fiesta religiosa nacional del Perú tiene para la comunidad peruana residente en la Ciudad Eterna. En particular, el video aquí presentado se coloca en el ámbito de una investigación más amplia sobre migraciones e inclusión social en Italia, cuyo título es Inmigración e integración. El caso de la ciudad de Roma (Roldán, 2012).

    La razón por la cual se eligió esta celebración religiosa para elaborar el documental está relacionada con el objetivo principal del estudio mencionado: considerar el factor cultural y religioso en vistas de la integración e inserción social de los inmigrantes presentes de modo estable en Italia. El caso de la comunidad peruana es emblemático por la vivencia de la propia religiosidad de modo comunitario y público aun en un contexto lejano al país de origen.

    La realización del video se ha llevado a cabo gracias a la colaboración con el Instituto Técnico Superior Roberto Rossellini de Roma, durante el año académico 2014-2015. A los docentes y estudiantes de esta escuela de cinematografía va nuestro más profundo agradecimiento.

    Inmigración e identidades culturales y religiosas

    Los estudios internacionales sobre el fenómeno migratorio revelan que la movilidad humana ha sido siempre objeto de diversas evaluaciones e interpretaciones.

    Así como el más amplio contexto global, en las últimas décadas Italia, en particular, ha sido intensamente influenciada por el fenómeno migratorio; la diferencia con el pasado está en que de exportadora de emigrantes se ha convertido, con mayor fuerza a partir de los años noventa, en uno de los principales destinos de la inmigración internacional.

    La movilidad de poblaciones provenientes de países en vía de desarrollo, dirigidas en este caso hacia Europa, ha sido en gran parte condicionada por diversos factores económicos, sociales, políticos y culturales. Entre éstos se pueden nombrar los desequilibrios del sistema productivo, los conflictos políticos religiosos, y las cuestiones demográficas. Tales factores han constituido, entre otros, las causas de una presión migratoria cada vez más marcada.

    Otro elemento que ha sido señalado en los estudios internacionales sobre las migraciones es aquel que vincula la dimensión territorial a la central, la micro a la macro; es decir, las políticas de integración de los gobiernos de los países “anfitriones” programadas también desde las realidades políticas y administrativas locales. Éste es el caso de Roma, donde la dimensión territorial tiene un papel muy importante en los procesos de integración de los extranjeros, ya sea en las diversas colectividades de inmigrantes entre sí como con la comunidad receptora.

    El lineamento teórico de esta investigación ha seguido la propuesta de la estudiosa inglesa Margaret S. Archer (1997), es decir de respetar el carácter “multidimensional” de la realidad, reconociendo relevancia y especificidad a los aspectos socioculturales y manteniendo, además, una constante atención al aspecto dinámico de los fenómenos considerados. Al seguir la teoría morfogenética de la sociedad se propone colocar al centro de la reflexión la cuestión de las transformaciones sociales y culturales, reconociendo a la cultura y al sistema de los valores –incluyendo religiosos– igual dignidad que a los demás aspectos de la estructura social.

    En efecto, el marco teórico de este trabajo ha considerado el factor cultural como un elemento sustantivo en el análisis del dinamismo del fenómeno migratorio y ha examinado el aspecto religioso, ya sea en el ámbito de la experiencia personal como en el más amplio escenario social.

    La religión, en efecto, no escapa a los procesos emblemáticos que han afectado al mundo en los últimos años: la globalización y la internacionalización. Estos procesos han llevado a la formación de una peculiar presencia religiosa en los diferentes contextos locales en relación con el fenómeno de la migración. Los flujos migratorios en Europa, y por ende en Italia, han producido nuevos espacios para formas de religiosidad a veces muy diferentes entre sí y han generado un espacio propicio para la pluralización del campo religioso y, en consecuencia, para la formación de sociedades multiculturales y multirreligiosas (Roldán, 2012).

    En este contexto, el aspecto religioso es considerado también en relación con la evidente recuperación de su dignidad como un factor público, consecuencia del espacio significativo que la religión ocupa hoy en el ámbito civil debido al valor y a la utilidad reconocida en el más amplio contexto social. Tal dinámica parece invertir la tendencia, hasta ahora dominante, hacia un creciente y lineal proceso de secularización. La religión sale del ámbito estrictamente privado y entra con fuerza en el discurso y en el espacio público (Diotallevi, 2010, 2015).

    El documental que aquí presentamos trata de la experiencia cultural y religiosa de la comunidad peruana en Italia; esta comunidad de inmigrantes que, según los datos del Dossier Caritas/Migrantes (Rete Europea Migratzioni, 2015), es el mayor grupo de inmigrantes procedentes de América Latina, seguido por los oriundos de Ecuador. En los dos casos, las comunidades se caracterizan por poseer una fuerte identidad religiosa, mayoritariamente católica.

    Las preguntas que guiaron en un primer momento la realización de la investigación y luego del presente producto audiovisual fueron las siguientes:

    ¿En qué sentido el fenómeno de la inmigración en Italia es significativo a la hora de analizar la transformación de la población nacional en los últimos años?

    ¿Hasta qué punto es útil considerar los aspectos culturales/religiosos de los inmigrantes en su integración con la población italiana en general?

    En lo específico, para el análisis de la fiesta religiosa del Señor de los Milagros de la comunidad peruana en Roma se han tenido en cuenta las siguientes dimensiones:

    • Las expresiones de la religiosidad popular (procesiones, misas, rosarios)
    • La tradición (vestimentas, actitudes, símbolos)
    • La identidad religiosa católica (devoción al Cristo crucificado llamado el Señor de los Milagros o el Cristo morado)
    • La identidad cultural nacional (música, bailes, comida)
    • Los sentimientos de la comunidad y los valores compartidos (la solidaridad, la cooperación, la integración, la identidad de grupo)
    • La estructura de la Hermandad del Señor de los Milagros en Roma (la división de papeles)
    • La organización de la fiesta (contribución material)

    Asimismo, se puede señalar que para la realización del documental no hubo obstáculos que impidieran su desarrollo ni por parte de las autoridades de la Hermandad de Roma ni por parte de la comunidad peruana en general.

    La veneración al Señor de los Milagros

    El origen de la veneración al Cristo crucificado denominado luego el Señor de los Milagros se remonta hacia el año 1651 en las afueras de la Ciudad de los Reyes, como era llamada Lima durante el Virreinato del Perú. Tal devoción se difunde inicialmente entre los esclavos africanos del barrio de Pachacamilla y representa además un culto sincrético, resultado de la evangelización cristiana española y la conservación –o transformación– de elementos prehispánicos como el culto indio al dios Pachacamac. En este sentido la veneración al Cristo de los Milagros (o Señor de las Maravillas) fue motivo de agregación de dos grupos étnicos marginados: los esclavos africanos y los indios provenientes de Pachacamac, una zona costeña cercana a la capital (Rostworowski 2015, Salazar 2003).

    Tres son los episodios que confieren a la imagen, pintada por un esclavo angoleño en un frágil muro de adobe, la condición de milagrosa: la resistencia sobrenatural a ser borrada por los mandantes de las autoridades de la época, el haber quedado en pie e intacta luego del terrible terremoto que diezmó la ciudad de Lima en 1655 y la sanación de una enfermedad incurable a Antonio León, en 1670.

    Hacia fines de 1680 un devoto español, don Sebastián de Antuñano, mandó hacer una copia de la imagen en un lienzo para que recorriera la ciudad y bendijera a sus habitantes. La devoción se expandió paulatinamente en todos los distritos y provincias del Perú hasta convertirse, con el pasar de los siglos, en una de las más grandes procesiones del mundo católico latinoamericano. En la actualidad las procesiones del mes de octubre reúnen a más de dos millones de fieles en las calles de la capital peruana.

    La devoción en Roma

    Hoy la imagen es venerada durante el mes de octubre también en cada país donde existe una comunidad de inmigrantes peruanos que forman la Hermandad del Señor de los Milagros; de Roma es la más significativa en el extranjero, por el valor simbólico de su presencia en la Ciudad Eterna y su cercanía con el sucesor de San Pedro.

    Existe un dicho popular que puede resumir el sentimiento de identidad religiosa y cultural de la devoción nacional: “Donde hay un peruano, allí está el Señor de los Milagros”. En efecto, las Hermandades para la veneración de la imagen del “Cristo Morado” –así también llamado por el color de las vestimentas de los miembros de la Cofradía– están presentes en muchos países donde se encuentran comunidades peruanas: Argentina, Bélgica, Francia, Japón, Italia, España, Estados Unidos, México, entre otros. Y en 2005 el patrono del Perú ha sido declarado protector de los peruanos migrantes.

    En lo que respecta a los orígenes de esta devoción en la capital italiana, hay diferentes versiones sobre el momento y el lugar del inicio del culto. En particular, la memoria colectiva menciona a una devota peruana que, luego de la curación de una enfermedad grave, trajo de Lima un pequeño cuadro con la imagen del Señor de los Milagros y pidió permiso de usar el patio de la basílica de Santa María de los Ángeles –donde tenía sede una asociación de asistencia a los extranjeros– para una procesión interna. Hoy la comunidad peruana recuerda en sus misas y oraciones a quien consideran que introdujo la devoción en Roma. Para muchos, la historia de esta señora tiene un valor fundativo, tanto para el culto como para la formación de la Hermandad.

    Otras narraciones hablan de iniciativas paralelas en varios puntos de la ciudad llevadas adelante por inmigrantes peruanos que vivían en situaciones difíciles y en algunos casos inclusive al límite de la legalidad. En aquel entonces se organizaron actos de veneración a la imagen sagrada en la parroquia de Santa Lucía, sita en el elegante barrio de Prati –cercano al Vaticano– y en la cárcel de Rebibia, en la periferia de la ciudad (Salazar, 2003).

    La Hermandad del Señor de los Milagros de Roma nace alrededor del año 1992 con el apoyo del Centro Latinoamericano “Tra noi” (“Entre nosotros”), una asociación que promueve la acogida e integración cristiana de los extranjeros en Italia.

    La actual imagen del Señor de los Milagros de Roma es una réplica de original de Lima. Las Sagradas Andas, con el arco que enmarca la imagen del Cristo morado y de la Virgen de las Nubes –en la parte posterior– y con todas sus decoraciones: rayos dorados, ángeles y floreros de plata, tienen un peso de alrededor de 800 kilos. La elaboración completa se realizó en dos años gracias a los aportes de los fieles y al trabajo de calificados artistas italianos expertos en el arte religioso.

    En los últimos años la imagen del patrono peruano se venera de modo permanente en la parroquia de Santa María de la Luz, en el barrio de Trastévere, sede de las comunidades latinoamericanas de la diócesis de Roma. En efecto, la Hermandad tiene un carácter internacional, signo de ello es la participación también de latinoamericanos de diversos países, de italianos e incluso de europeos del este.

    Como ha afirmado el sacerdote Luis Pérez Godoy, “la Hermandad quiere provocar un movimiento de unidad entre los latinoamericanos y una actitud de gratitud hacia Roma, la ciudad que los recibe. También quiere ser instrumento de reevangelización y una invitación para que los propios italianos redescubran el fervor cristiano a través de la Hermandad”.

    Efectivamente, la cofradía del Señor de los Milagros forma parte de las Hermandades de la Vicaría de Roma. Es considerada la más numerosa, la más representativa y sobre todo la primera hermandad extranjera que actúa en Italia. Está formada por cuatro cuadrillas de cargadores y un grupo de sahumadoras, cantoras y mistureras; estructuralmente está presidida por el mayordomo y el vicemayordomo. Luego existe la figura del capataz general, que es el responsable de todos los grupos. A su vez, cada grupo tiene un jefe, así como las mujeres tienen a la Mayorala, que es su representante.

    Otro elemento a señalar en la devoción al Señor de los Milagros es la presencia de los jóvenes. Como señala el padre Luis Hernán Olivos Aguilar, capellán de la comunidad latinoamericana de la diócesis de Roma, en la Hermandad de Roma participan muchos niños y jóvenes que llevan adelante la tradición de sus abuelos, de sus padres, de toda su familia, y lo hacen con gran devoción. En torno a la imagen sagrada no tan sólo se encuentra la manifestación de una fe, sino que es también un elemento de identidad nacional. Allí la comunidad peruana hace también presente su devoción y su cercanía a la propia nación, tradición y cultura.

    El último elemento a destacar es la característica fundamental de esta veneración: se trata de una devoción principalmente cristológica, centrada sobre la figura de Jesucristo, lo que la diferencia del resto de la religiosidad latinoamericana cuyas manifestaciones de fe son sobre todo marianas.

    Las procesiones en la Ciudad Eterna

    El segundo y cuarto domingos del mes de octubre las Sagradas Andas salen en procesión por las calles de Roma; se trata de dos grandes acontecimientos para la comunidad peruana de Roma que atraen a miles de fieles. En efecto, la devoción al Señor de los Milagros durante el mes de octubre en la ciudad de Roma puede ubicarse en sentimiento religioso formado por procesiones, oraciones, cantos religiosos, danzas folclóricas y por una participación muy sentida.

    El primer momento significativo de la fiesta es precisamente la salida de la imagen del Señor de los Milagros de la iglesia de Santa María de la Luz en el barrio de Trastévere y su traslado a la basílica de Santa María de los Ángeles. Desde allí comienza el recorrido de la primera procesión, llamada “la salida”, pasando por la basílica papal de Santa María la Mayor, llega luego a la basílica de San Juan en Letrán, la catedral de la ciudad de Roma, donde la imagen del Señor de los Milagros permanecerá para su venerción durante dos semanas hasta la segunda procesión.

    En la segunda, el recorrido es llamado “la vuelta” y se realiza el último domingo del mes. Las Sagradas Andas son transferidas a la Iglesia Nueva, en el centro de la ciudad, y la procesión es precedida por homenajes religiosos y folclóricos. Y luego de recorrer nuevamente las calles de Roma, la comunidad peruana con su imagen del Señor de los Milagros se dirige hacia el Vaticano para asistir al Ángelus del papa Francisco y a la misa de acción de gracias en la basílica de San Pedro.

    Al término de la celebración eucarística, la Santa Imagen es transportada nuevamente a la iglesia de Santa María de la Luz, donde permanecerá durante todo el año hasta las nuevas procesiones en el mes de octubre del año siguiente.

    Los dos recorridos tienen la finalidad de “llevar al Señor al encuentro con su pueblo”, pasando por las calles y bendiciendo. La reacción de la población local ante esta espectacular manifestación étnico-religiosa en el espacio público es mayormente de aceptación y curiosidad. Como afirma el sacerdote de las comunidades latinoamericanas de Roma, cuando la imagen del Señor de los Milagros pasa por las calles “[crea] quizás un poquito de trastorno para el tráfico romano, pero es hermosísimo ver cómo los turistas, cómo la gente, cómo el pueblo romano se asoma a las ventanas, hace la señal de la cruz, quizá la única que hace en mucho tiempo, o reafirma justamente una devoción a Cristo”.

    La procesión se realiza también en otras ciudades italianas como Turín, Génova, Florencia, Piacenza, Perugia, Ancona, Pésaro, Rímini, Macerata, Ascoli Piceno, Bérgamo y Nápoles.

    Conclusiones

    Para concluir, podemos observar que en la actualidad la inmigración comporta la instalación de personas con un bagaje cultural y religioso que les es propio, socializados en un contexto histórico-social diverso al cual no sienten la necesidad de renunciar. En efecto, la migración no exige a quienes se desplazan de un país a otro un corte tajante de los lazos con la comunidad de origen. El mantenimiento de relaciones con el núcleo familiar –y consecuentemente con la cultura de referencia– está favorecido por el desarrollo de la tecnología en las telecomunicaciones y por el costo accesible del trasporte internacional. Con el tiempo, el proceso gradual de inserción laboral primero y social después, en el nuevo país de recepción, produce además que el inmigrante no busque solamente a mantener un relación de sustento de la propia familia a la distancia, sino que trate de llevársela consigo, confirmando de este modo la intención de una estabilización definitiva, en este caso en Italia (Roldán 2012).

    Retomando el enfoque morfogenético propuesto por Margaret Archer, que ve la génesis de los procesos sociales interrelacionados con otros procesos que le han dado vida, en este caso la movilidad humana, se señala que los procesos migratorios llevan a la conformación de sociedades multiculturales y siempre más complejas en donde los recién llegados –portadores de culturas, valores, religión similar o diversa de la sociedad receptora– declaman el derecho a ser respetados en su diferencia.

    En los distintos Estados europeos, no sólo las comunidades de recepción han respondido en modo diverso, sino que los mismos grupos de inmigrantes en su condición de minorías han adoptado una gran variedad de estrategias de integración, influenciando a su vez las reacciones y las respuestas de la sociedad local. En el caso de la comunidad peruana en la capital italiana, uno de los elementos claves para su inclusión social –además del aspecto laboral– ha sido la formación de la Hermandad del Señor de los Milagros y su membresía entre las hermandades y cofradías de la diócesis de Roma. Esta condición les permite poder vivir su devoción de modo solemne, como sucede en Perú, y beneficiarse de la presencia y el reconocimiento público –y simbólico– en la Ciudad Eterna y en el Estado del Vaticano.

    Para terminar, conviene retomar las interrogantes del estudio antes citado sobre migraciones e inclusión social en Italia: ¿La integración en Italia, hoy debe ser glocal?

    No cabe duda que un paso importante es considerar que las nuevas sociedades, si bien son también un producto de la globalización, son principalmente el producto de las peculiaridades históricas, sociales y culturales del ambiente local, ya sea de los países de recepción como de aquellos de origen de los migrantes. El objetivo entonces es poder integrar sin asimilar, incluir sin anular las identidades preexistentes, y contribuir a la formación de una sociedad ya no basada en la semejanza cultural, de valores y religiosa, sino en la diferencia y la complejidad. Este proceso sociocultural se revela de una gran riqueza para las interacciones de los actores sociales y para la conformación de las sociedades del tercer milenio.

    Bibliografía

    Archer, Margaret S. (1997). La morfogenesi della società. Una teoria sociale realista. Milán: FrancoAngeli.

    Diotallevi, Luca (2010). Una alternativa alla laicità. Soveria Mannelli: Rubbettino Editore.

    — (2015), “O sentido e o problema do ‘separatismo moderado’: por uma contribução sociológica à análise da religão no espaço público”, Debates do Ner, año 16, núm. 27, Porto Alegre, enero-junio, pp. 19-48.

    Rete Europea Migrazioni (emn) (2012) (a cura di). Canali migratori. Visti e flussi irregolari. IV Rapporto emn Italia, Ministero dell’Interno in collaborazione con idos-Dossier Statistico Immigrazione Caritas/Migrantes. Roma: Edizioni Idos.

    Roldán, Verónica (2012). Inmigración e inclusión en Italia. El caso de la ciudad de Roma. Buenos Aires: Biblos.

    — (2011). Valori, cultura e religioni. Processi di globalizzazione e mutamento sociale. Milán: Franco Angeli.

    Salazar, C.M. (2003). Medizione e affermazione identitaria: La processione dei latinoamericani a Roma, Congresso aisea, Associazione italiana di Studi Demo-Etno-Antropologici, inédito.

    Ficha técnica

    Directora: Verónica Roldán

    Producción: Fondazione its-Roberto Rossellini. Alta Formazione Técnica, Roma-Italia en colaboración con la Universidad Roma Tre, “Laboratorio de identidades culturales y religiosas” (Profesora Verónica Roldán)

    Años de la producción: 2014-2015.

    Formato: Film QuickTime (.mov)

    Dimensión: 2,74 GB (2.948.469.484 byte)

    Duración: 19.41 minutos

    Coordinación general: Fabio Segatori

    Organización general de la producción: Francesco Ferrari

    Producción: Laura Paciotta

    Coordinación de la post-producción: Clemente Sablone

    Coordinación del montaje: Tommaso Valente

    Montaje: Marco Mastrecchia, Laura Paciotta

    Mixage: Salvatore Mudanò

    Efectos visuales: Daniele De Caro Carella

    Operadores: Laura Paciotta, Simone Roffi, Francesca Pionati, Paolo Rinaldi, Valentina Suriano, Luca Di Caterino, Pedro Bonfiglio, Giorgio Calderari, Mario Strippoli, Daniele De Caro Carella.

    Fónicos: Stefano Beleggia, Jacopo Vignoli

    Música: “Toccata in G Minore”, compuesto por Grimoaldo Macchia. “Himno El Señor de los Milagros”, compuesto por Isabel Rodríguez-Larraín

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