Desafío a las territorialidades neoliberales: vidas, cuerpos y tierras en disputa

    Recepción: 16 de diciembre de 2019

    Aceptación: 26 de marzo de 2020

    Territorios encarnados. Extractivismo, comunalismos y género en la meseta P’urhépecha

    Verónica Velázquez, 2019 Cátedra Jorge Alonso, Guadalajara, 293 pp.

    En los últimos 30 años hemos sido testigos de cómo la gobernanza neoliberal acentúa las diferencias para controlar y mercantilizar la vida y la naturaleza haciéndolas productivas para un capitalismo global. Si bien presenciamos una intensificación de los tiempos y espacios de dominio, despojo y explotación, de lo que se trata es de una renovación de formas coloniales de opresión y acumulación sustentadas en continuos y resurgentes racismo y sexismo. De esta forma, vivimos en una constante batalla por el control y la apropiación de vidas, cuerpos y territorios, donde observamos la imbricación de estas formas coloniales con dinámicas neoliberales extractivistas. Las mujeres indígenas de bajos recursos económicos son así quienes experimentan una de las caras más crueles de este sistema capitalista proyectado a imagen de la modernidad/colonialidad. Sin embargo, mientras padecen el incremento de violencias, despojos, conflictos y desigualdades, también observamos cómo no sólo logran sobrevivir, sino que algunas abren nuevos espacios de participación política que desafían las jerarquías étnicas, de género y clase y promueven otras maneras de relacionarse con el territorio y la naturaleza. Es aquí donde la relevancia del trabajo de Verónica Velázquez se sitúa.

    Su libro Territorios encarnados. Extractivismo, comunalismos y género en la meseta P’urhépecha, ganador del premio Cátedra Jorge Alonso 2019, desde una mirada inspirada por la antropología, la geografía crítica y el feminismo, nos muestra cómo el capitalismo ha afectado la vida cotidiana de las mujeres p’urhépechas en Zirosto y Cherán (Michoacán) al favorecer la violencia y acentuar la precarización de cuerpos, vidas y tierras. Mediante una etnografía comprometida y ética, esta joven antropóloga nos comparte sus experiencias y aprendizajes al trabajar con ellas en los campos de aguacate en Zirosto, en las berries en Los Reyes, y en el vivero forestal de Cherán. Con una narración detallada, nos sumerge en qué significa vivir y trabajar como mujer en estos espacios confeccionados bajo una lógica capitalista, racista y patriarcal. Su trabajo da muestra de la creatividad y el compromiso que debemos tener en nuestro quehacer investigativo, al tiempo que expone el miedo, las violencias y riesgos cotidianos que experimentamos en un México cada vez más desgarrado por la guerra contra el narco. Al decir esto, la autora nos apunta hacia algo que se viene señalando en las discusiones sobre el extractivismo, y es la estrecha articulación que se da en América Latina entre el narcotráfico, la acumulación por desposesión y el avance de las violencias. Aquí no sólo se disputan tierras entre los distintos sujetos locales, nacionales y transnacionales, sino también las vidas y cuerpos de mujeres como aquellas en la meseta P’urhépecha.

    Silvia Federici (2004) nos invita a no perder de vista la continuidad que se ha dado en estas formas en que el capitalismo se ha desplegado y hoy se manifiesta en una aguda violencia contra la mujer. En esta línea, Verónica apunta a ciertos paralelismos con los modelos de desarrollo anteriores, al tiempo que muestra cómo las opresiones sufridas históricamente potencian la vulnerabilidad de los cuerpos de las mujeres p’urhépechas. El acceso, la tenencia y el manejo de la tierra, actividades “masculinas”, marcan así la forma actual en que las mujeres se integran o no al mercado laboral y a la vida comunitaria. Para la autora, lo que estas mujeres experimentan es, siguiendo a Gladys Tzul Tzul (2016), una inclusión diferenciada en la trama comunal, puesto que el uso de la tierra es transmitido patrilinealmente. Al mismo tiempo, la kaxumbekua (la honorabilidad), señala, ha funcionado como un dispositivo de control para mantener la subordinación de las mujeres a las lógicas patriarcales. La autora nos narra de esta forma diferentes prácticas como el robo de novias y la residencia patrivirilocal como formas que han mantenido inalterado el orden de género y perpetuado la violencia hacia la mujer. Asimismo, los hombres, al acaparar el manejo del gobierno comunal y de los espacios públicos, han silenciado la voz de las mujeres, al tiempo que han mantenido el control y la vigilancia de sus cuerpos y las han relegado al espacio privado/doméstico. Quizá, para mí, aquí, radique la debilidad del libro, pues nos deja esperando un análisis más profundo enmarcado en las discusiones de la imbricación entre lo moderno y lo colonial.

    No obstante, el trabajo de Verónica nos muestra grandes aportes para entender las consecuencias de las transformaciones que se vienen dando en la región. Uno de los mayores cambios se puede observar en cómo, siguiendo la lógica del mercado y de las jerarquías de género, se está eliminando el sistema agrícola tradicional para dar paso a la industria agroexportadora. Apunta a que son las empresas transnacionales quienes dictan qué, cómo y para quién producir. Esto ha propiciado que se modifiquen los ritmos de vida para seguir los tiempos de producción y las formas de vida que favorecen al capital extranjero. No sólo esto, sino que, tal como lo analiza partiendo del trabajo de Judith Butler, los cuerpos de las mujeres ahora jornaleras son precarizados, violentados y desechados. Nos narra, por ejemplo, cómo las enfermedades en Zirosto han surgido por la contaminación que sufren sus cuerpos en la agroindustria de las berries. Para ellas el cáncer de piel, el lupus y los niños con malformaciones congénitas se están convirtiendo en cotidianidades. Lo que sucede con ellas no es algo excepcional, sino que a lo largo del país se ha evidenciado cómo unos cuerpos no valen dentro de este sistema económico-político. Tal es el caso en las comunidades de Mezcala y San Pedro Itzicán (Jalisco), donde se ha identificado el agua contaminada como la causa de que haya niños que mueren por insuficiencia renal (Jacobo Contreras, 2018). Sin embargo, el gobierno ha preferido desviar la mirada de las industrias que desechan sus residuos en la cuenca Lerma-Chapala-Santiago, pues son muchos los intereses económicos y políticos en juego. El desarrollo conlleva costos y daños colaterales, y estas muertes sólo son consideradas en estos términos por las redes de poder.

    En ese mismo tenor, Verónica, abonando a la perspectiva de la interseccionalidad elaborada por feministas de color, nos muestra cómo la agroindustria utiliza las distintas clasificaciones sociales para perpetuar condiciones precarias de empleo, al tiempo que incrementa las violencias e inseguridades en las vidas de estas mujeres. Utiliza la noción de “cuerpo diferenciado” para entender cómo las territorialidades neoliberales potencian e intersectan las distintas opresiones encarnadas en los cuerpos de estas jornaleras, para generar mayores ganancias y favorecer a ciertos sectores locales e internacionales. Se trata de un mecanismo para perpetuar y acentuar la dominación para beneficio del capital transnacional que trae consigo la transformación de la economía local y los paisajes naturales, la dispersión y fragmentación de la población y la precarización de la vida de las mujeres. Lo que sucede con las mujeres p’urhépechas no es exclusivo; de hecho, las mujeres indígenas jornaleras en el valle de San Quintín exhiben una situación similar, donde la violencia, la precarización, los bajos salarios y la marginación se han convertido en parte de sus vidas cotidianas (Niño Contreras et al., 2016). El trabajo de Verónica nos ayuda así a entender las consecuencias de este modelo extractivista en nuestro país, que no sólo se ven en el ámbito personal y laboral sino comunitario, donde crecen las tensiones y estigmatizaciones hacia las mujeres.

    Sin embargo, la autora identifica que en la meseta P’urhépecha confluyen distintas territorialidades; es decir, que se dan diferentes respuestas espaciales ante los procesos de despojo. En Zirosto, por un lado, se insertan en el modelo agroexportador siguiendo las lógicas espaciales neoliberales y la acumulación capitalista; por otro lado, en Cherán hay una procuración del bien común, del valor de uso desde una perspectiva etnoecológica. Sin perder noción de las contradicciones, las ambigüedades y los problemas internos que enfrentan estas comunidades, señala que se están gestando distintas configuraciones de comunalismo, pero se pregunta si estos comunalismos que surgen son realmente una alternativa a las geografías capitalistas. Aquí es primordial entender el papel que toman las mujeres en su configuración. Sin duda existen diferentes formas de ser mujer en la meseta P’urhépecha, pero es importante señalar los avances que hacen unas de ellas para crear políticas comunitarias más inclusivas. Una de las grandes aportaciones del libro es, en este sentido, la esperanza que teje mediante las vidas de tres lideresas en Cherán, que de distintas formas están desafiando las jerarquías de género para abrirse paso en el espacio público, al tiempo que reivindican su etnicidad, sus conocimientos y prácticas vinculados a la defensa del territorio.

    Es gracias a ellas que Verónica discierne la creación de una territorialidad contrahegemónica donde se amplía la participación pública, se reconstituyen los bosques comunitarios, se procura la sustentabilidad medioambiental, se fortalecen los vínculos comunitarios, se proveen sentidos de vida y justicia incluyentes y colectivos y se reivindican una territorialidad ancestral/sagrada y étnica junto con su carga simbólico-identitaria. Territorios encarnados, de esta forma, contribuye a una conceptualización del espacio-territorio más allá de las visiones masculinas y capitalistas. Para Verónica, se dan otras formas de relacionarse con el territorio, de sentipensarlo, como diría Arturo Escobar, donde los saberes locales son revalorados y articulados con el cuidado de la vida y la naturaleza. El extractivismo ha escrito sobre los territorios y cuerpos los ideales de un desarrollo neoliberal depredador que amenaza hoy en día a las comunidades indígenas con su expansión, mediante la implementación de una serie de megaproyectos; afortunadamente, trabajos como el de Verónica, desde los márgenes, alimentan nuestra reflexión y búsqueda de alternativas colectivas para frenar el ímpetu de las territorialidades neoliberales.

    Bibliografía

    Federici, Silvia (2004). Caliban and the Witch. Nueva York: Autonomedia.

    Jacobo Contreras, Manuel Alejandro (2018). “La justicia simulada: persistencia de enfermos renales”, en Inés Durán Matute y Rocío Moreno (ed.), Voces del México de abajo. Reflexiones en torno a la propuesta del cig. Guadalajara: Cátedra Jorge Alonso, pp. 251-260. Recuperado de http://www.catedraalonso-ciesas.udg.mx/sites/default/files/voces_del_mexico.pdf, consultado el 16 de julio de 2020.

    Niño Contreras, Lya Margarita, José Moreno Mena y Amalia Tello Torralba (2016). “La Casa de la Mujer Indígena en San Quintín: experiencia de creación, obstáculos y retos”, Diario de Campo, núm. 12, pp. 7-16. Recuperado de https://www.revistas.inah.gob.mx/index.php/diariodecampo/article/view/9780/0, consultado el 16 de julio de 2020.

    Tzul Tzul, Gladys (2016). Sistemas de gobierno comunal indígena: mujeres y tramas de parentesco en Chuimeq’ena’. Guatemala: Editorial Maya Wuj.


    Inés Durán Matute es doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Sídney, Australia. Realizó una estancia posdoctoral en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (ciesas), sede Occidente y otra en el Institute for Research on Labor and Employment, University of California Los Angeles (ucla). Actualmente, se desempeña como posdoctorante en el International Research Group on Authoritarianism and Counter-Strategies, Rosa Luxemburg Stiftung, Alemania y en el Posgrado de Sociología, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Trabaja desde una postura activista en apoyo a la lucha nacional de los pueblos indígenas en la defensa de sus territorios, identidad, historia, derechos y modos de vida. Entre sus publicaciones recientes destacan Los pueblos indígenas y las geografías de poder. Narrativas de Mezcala sobre la gobernanza neoliberal (2019) y “Indigeneity as a transnational battlefield: disputes over meanings, spaces and peoples”, Globalizations (2020). orcid: 0000-0001-8430-6223.

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